El mar está en calma . La playa se ve salpicada de hogueras.Es la noche de San Juan.Los grupos que rodean los diversos fuegos charlan animados.Niños que corretean ante la atenta miradas de sus padres.Jovenes que se susurran al oido promesas que tal vez no cumplan.La vida tiene un destino para cada uno el cual estamos lejos de imaginar.
De uno de los caminos que desembocan a la playa surgen dos mujeres,caminan en silencio.Es su primera noche de San Juan cerca del mar.
Los pies se unden en la húmeda arena .Ellas no llevan nada con que prender su hoguera,no saben muy bien cual es el rito de esa noche ,son de tierra adentro ,aunque su ciudad también celebra esa fecha.
Caminan despacio ,en silencio,cada una sumida en un mismo pensamiento.
La brisa acaricia sus rostros .El olor a salitre inunda sus pulmones ,el de una ,enfermos.
Unos minutos antes de las doce ,los grupos se dirigen a la playa y bajo la luz de la inmensa luna comienzan a saltar las olas .Ellas les imitan.
Al poco,después de los casillos de fuegos artificiales,las hogueras van quedando desiertas,mientras se convierten en cenizas todas las cosas que las personas que las prendieron quieren hacer desaparecer.
La mujeres se sientan en la arena cerca de una de las hogueras ahora solitaria .Las llamas iluminan sus rostros .Iluminan sus ojos fijos en el crepitar.La más joven de ojos verdes , saca del pantalón un papel doblado y moviendo los labios como en una plegaria lo arroja al mortecino fuego.
El eco de los cohetes aún resuena .
Han pasado dos años desde aquella noche de San Juan y muchas de las personas que no se fijaron en esas dos mujeres volverán a repetir el rito con la misma alegría de entonces.
Hoy,los castillo de fuegos artificiales iluminaran la última morada de la mujer de los ojos verdes cerca del Cabo de San Antonio.
Te quiero hermana
Isa
