domingo, 22 de agosto de 2010

Noche de Vigilia..



Junto mis manos esta noche de aniversario,igual que aquella madrugada del ventitres de Agosto hace once años.
Los sentimientos rompen como las olas de un mar embravecido pero las palabras han dejado de acompañarme...

viernes, 12 de marzo de 2010

El quejido de la madre tierra.




Viernes 12, diez menos cuarto de la mañana .Vuelvo a casa por el camino enlosado del parque.
A mi izquierda, en uno de los muchos árboles, despuntan pequeñas flores rosas. Asoman tímidas, tal vez se asombren del frío reinante. Es el único signo externo que anuncia la primavera, los otros árboles, más cautos, aún parecen muertos.
Desde primeros de año, las catástrofes naturales se han ido encadenando una tras otra. Dicen que el tiempo está loco. Creo que los locos somos nosotros. Maltratamos al cuerpo celeste que nos acoge, como maltratamos al propio. La tierra se queja ante las agresiones de la forma que puede. Cuando nuestro cuerpo protesta, a veces, es demasiado tarde.
En ambos casos oímos las advertencias considerando que son exageraciones. Nosotros “los elegidos” podemos hacer y deshacer a nuestro antojo! faltaría más!.Podemos talar, destruir, contaminar, esquilmar especies.
Podemos fumar de forma abusiva, beber de igual manera, conducir de forma temeraria. Agredir con nuestro comportamiento.Todo nos está permitido por nuestro libre albedrío. Las cosas les pasan a los demás, a nosotros nunca.
Usamos las palabras, sin sentirlas en realidad. Pedimos responsabilidad a los otros en su trabajo cuando el nuestro deja mucho que desear.
Me han dicho que siempre escribo cosas tristes. A otras personas mis post les parecen reflexivos. Reconocer una de las realidades que hay ¿es tristeza? Puede resultar incómoda pero no triste.
Son tiempos convulsos, tanto a nivel global como personal. Tiempo de cambio, de camino hacía algo distinto ..
Estoy segura que cuando este periodo pase, todo quedará recolocado de forma diferente. Y las palabras dichas abran tomado su verdadero sentido.
isa

martes, 2 de marzo de 2010

Huellas ..



Una noche en sueños vi que con Jesús caminaba junto a la orilla del mar bajo una luna plateada.
Soñé que veía en los cielos mi vida representada en una serie de escenas que en silencio contemplaba.
Dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando mientras con Jesús andaba como amigos conversando.
Miraba atento esas huellas reflejadas en el cielo pero algo extraño observé y sentí gran desconsuelo.
Observé que algunas veces al reparar en las huellas en vez de ver los dos pares, veía sólo un par de ellas.
Y observaba también yo que aquel solo par de huellas se advertía mayormente en mis noches sin estrellas.
En las horas de mi vida llenas de angustia y tristeza cuando el alma necesita más consuelo y fortaleza.

Pregunté triste a Jesús: “¡Señor, Tú no has prometido que en mis horas de aflicción siempre andarías conmigo…? Pero noto con tristeza que en medio de mis querellas cuando más siento el sufrir veo sólo un par de huellas. ¿Dónde están las otras dos que indican Tu compañía cuando la tormenta azota sin piedad la vida mía? Y, Jesús me contestó: con ternura y comprensión;
"Escucha bien, hijo mío, comprendo tu confusión. Siempre te amé y te amaré, y en tus horas de dolor siempre a tu lado estaré para mostrarte Mi Amor. Mas si ves solo dos huellas en la arena al caminar, y no ves las otras dos que se debieran notar, es que en tu hora afligida, cuando flaquean tus pasos, no hay huellas de tus pisadas porque te llevo en Mis brazos".
Huellas en la Arena:Anónimo


Guardo esta "oración "desde hace tiempo .Ayer hice un par de copias en la impresora ,una, ya la he dado..
isa

domingo, 21 de febrero de 2010



De nuevo el aleteo negro
De nuevo la palabra maldita
Ayer negaba la posibilidad
Hoy sacude la certeza
Quiero mis ojos secos
Aunque me queme la pena
Ahora es tiempo de lucha
Las lagrimas, para cuando venza

martes, 9 de febrero de 2010

Retazos de recuerdos(Reedicción)



Con mimo traslado alguna de las entradas del anterior domicilio.Esta en concreto tiene para mí especial significado.




Valencia en Agosto, año cincuenta y siete aún no he cumplido siete años
.Cabeceo adormilada, el tranvía que nos trae de la playa rechina al frenar. Mamá me toca en el brazo.

-Hemos llegado- dice. Son casi las tres y hace calor.


La casa de comidas donde vamos en vacaciones se encuentra cerca de la parada. Como siempre está llena, su clientela la componen trabajadores de todo tipo. Nos miran con curiosidad al entrar; parecemos carabineros recién cocidos.
Paco, el dueño, limpia uno de los veladores de mármol blanco que acaba de quedar libre, nos hace una seña, podemos sentarnos.

Tengo hambre, no paré en toda la mañana de zambullirme, mis intentos por mantenerme a flote son solo eso, intentos, lo único que hago es tragar agua salada. Papá se esfuerza por enseñarme a nadar, pero creo que tendré que aprender sola, a él le falta paciencia y me pone nerviosa.

Con su sonrisa habitual, Paco se limpia el rostro sudoroso con un pañuelo mientras canta lo que hay de comer. Aunque lo sabemos de memoria me gusta el soniquete de su voz entonando el menú, es un ritual diario que forma parte también de las vacaciones.

Los platos humean sobre nuestra mesa…,el pan está calentito y…..
Un sonido diferente se alza de pronto entre las voces. ¡Música ,música de violín!. Sentada de espaldas a la puerta no veo quien toca .La melodía cada vez suena más cerca, su autor se ha parado justo a nuestro lado, le miro con curiosidad.

Es un hombre mayor o eso me pareció en aquel momento, delgado muy delgado, sus ojos oscuros me parecen demasiado tristes y como perdidos, sin fijarse en nada concreto, de cuando en cuando los cierra pero no de cansancio, o eso creo. Viste todo de negro, con chaqueta de manga larga, a pesar del calor él no parece notarlo.
La melodía se ha impuesto en el local por encima de las voces. El arco se desliza sobre las cuerdas creando sentimiento.
Miro a mi padre y vuelvo a mirar al violinista .Un nudo se forma en mi garganta, quiero contener las lagrimas pero no puedo, tapándome la cara me hecho a llorar. Mis padres alarmados me preguntan qué me pasa yo intento explicarme entre hipos.
-Ese señor se parece a ti cuando seas viejo.., !no quiero que toces el violín pidiendo..., y solo!
-Pero hija, si yo no sé tocar el violín!.
Esa es la respuesta entre risas de papá.
El músico se acerca a nosotros, ha escuchado lo que hablámos y me acaricia la cabeza mientras sonrie. Papa saca algo del bolsillo y se lo da diciendo.
-Esta cría…

Lo que entonces no imaginaba es que intuí de alguna manera el aspecto de mi padre en su último año. No, el no sabía tocar el violín, tampoco sus ojos eran oscuros, pero tuvieron ese halo de tristeza por la enfermedad .
Al final…, sí se pareció al violinista de aquel verano de mi niñez, aunque nunca estuvo solo.
isa

jueves, 4 de febrero de 2010

El reencuentro




Besos que se fueron un día errantes
Buscan de nuevo la frente donde posarse

No importa si a su vuelta
Aquel cabello negro de antes
Blanco se encuentra.

Hijos pródigos llorosos que
Vuelven arrepentidos
Buscando amparo y consuelo
A su proceder altivo

Y esa herida sangrante
Del abandono inconsciente
Está cerrada de nuevo
Por el amor de la frente


Este pequeño poema se lo dedico a mi amiguca Gó.
Es un comentario que dejé en una de sus entradas
Lo modifiqué un poco y ha quedado tal cual.
isa