viernes, 12 de marzo de 2010

El quejido de la madre tierra.




Viernes 12, diez menos cuarto de la mañana .Vuelvo a casa por el camino enlosado del parque.
A mi izquierda, en uno de los muchos árboles, despuntan pequeñas flores rosas. Asoman tímidas, tal vez se asombren del frío reinante. Es el único signo externo que anuncia la primavera, los otros árboles, más cautos, aún parecen muertos.
Desde primeros de año, las catástrofes naturales se han ido encadenando una tras otra. Dicen que el tiempo está loco. Creo que los locos somos nosotros. Maltratamos al cuerpo celeste que nos acoge, como maltratamos al propio. La tierra se queja ante las agresiones de la forma que puede. Cuando nuestro cuerpo protesta, a veces, es demasiado tarde.
En ambos casos oímos las advertencias considerando que son exageraciones. Nosotros “los elegidos” podemos hacer y deshacer a nuestro antojo! faltaría más!.Podemos talar, destruir, contaminar, esquilmar especies.
Podemos fumar de forma abusiva, beber de igual manera, conducir de forma temeraria. Agredir con nuestro comportamiento.Todo nos está permitido por nuestro libre albedrío. Las cosas les pasan a los demás, a nosotros nunca.
Usamos las palabras, sin sentirlas en realidad. Pedimos responsabilidad a los otros en su trabajo cuando el nuestro deja mucho que desear.
Me han dicho que siempre escribo cosas tristes. A otras personas mis post les parecen reflexivos. Reconocer una de las realidades que hay ¿es tristeza? Puede resultar incómoda pero no triste.
Son tiempos convulsos, tanto a nivel global como personal. Tiempo de cambio, de camino hacía algo distinto ..
Estoy segura que cuando este periodo pase, todo quedará recolocado de forma diferente. Y las palabras dichas abran tomado su verdadero sentido.
isa

martes, 2 de marzo de 2010

Huellas ..



Una noche en sueños vi que con Jesús caminaba junto a la orilla del mar bajo una luna plateada.
Soñé que veía en los cielos mi vida representada en una serie de escenas que en silencio contemplaba.
Dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando mientras con Jesús andaba como amigos conversando.
Miraba atento esas huellas reflejadas en el cielo pero algo extraño observé y sentí gran desconsuelo.
Observé que algunas veces al reparar en las huellas en vez de ver los dos pares, veía sólo un par de ellas.
Y observaba también yo que aquel solo par de huellas se advertía mayormente en mis noches sin estrellas.
En las horas de mi vida llenas de angustia y tristeza cuando el alma necesita más consuelo y fortaleza.

Pregunté triste a Jesús: “¡Señor, Tú no has prometido que en mis horas de aflicción siempre andarías conmigo…? Pero noto con tristeza que en medio de mis querellas cuando más siento el sufrir veo sólo un par de huellas. ¿Dónde están las otras dos que indican Tu compañía cuando la tormenta azota sin piedad la vida mía? Y, Jesús me contestó: con ternura y comprensión;
"Escucha bien, hijo mío, comprendo tu confusión. Siempre te amé y te amaré, y en tus horas de dolor siempre a tu lado estaré para mostrarte Mi Amor. Mas si ves solo dos huellas en la arena al caminar, y no ves las otras dos que se debieran notar, es que en tu hora afligida, cuando flaquean tus pasos, no hay huellas de tus pisadas porque te llevo en Mis brazos".
Huellas en la Arena:Anónimo


Guardo esta "oración "desde hace tiempo .Ayer hice un par de copias en la impresora ,una, ya la he dado..
isa